Ser Iglesia. Evangelizar en estos tiempos.
- Inmaculada de Tigre
- 12 sept 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 16 oct 2019

Comenzamos a caminar a partir de esta constatación: el hombre y la mujer de hoy se acercan a la Iglesia, en no pocas ocasiones, con una solicitud puntual. Regresan, a veces, después de mucho tiempo y se encuentran con un dispositivo pastoral que consiste en un proceso diseñado para los que tienen fe y que, muchas veces, no tiene en cuenta la falta de continuidad. Se produce, entonces, una dicotomía entre la solicitud de los destinatarios y lo que la Iglesia se dispone a darles. Sus propósitos son diferentes: la Iglesia ofrece el crecimiento en la fe y la inserción en Cristo y en la comunidad y los destinatarios piden, sobre todo, "ritos de paso", generalmente, de orden social. Este escenario nos lleva a seguir pensando, no sólo en la concepción de Catequesis en términos de un nuevo paradigma catequético, como ya venimos haciendo desde hace años, sino también en el lugar que ella ocupa en el proceso evangelizador. Esta reflexión a la cual nos sentimos interpelados, desde hace tiempo, se inserta hoy en el cambio de lugar que se le ha asignado a la Catequesis en el conjunto de oficinas y organismos que integran la curia romana. En la rica sinfonía del Magisterio petrino correspondiente al Año de la Fe 2016, que culminó el domingo 24 de noviembre, Solemnidad de Cristo Rey, se realizaron, también, algunas acciones que permiten visualizar un horizonte pastoral de renovación: la realización del Sínodo sobre la Nueva Evangelización para la Transmisión de la Fe Cristiana y el traslado de la Catequesis de la Congregación para el Clero al Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización. Este cambio de lugar no es aleatorio y está cargado de sentido. “Hacer más orgánica la relación entre la Catequesis y la Nueva Evangelización permite, ante todo, consolidar el camino que el concilio Vaticano II ha querido expresar en modo innovador para las diversas etapas de la misión de la Iglesia en su tarea de evangelizar. Al mismo tiempo, ofrece al proyecto de la Nueva Evangelización un instrumento altamente calificado para aclarar mayormente el camino que ella está llamada a recorrer.”6 Como instrumento privilegiado de la Nueva Evangelización, la Catequesis se interroga hoy a sí misma acerca de la conversión que ha de experimentar en el actual contexto eclesial y cultural. Estar situada en el ámbito de la Congregación para el Clero implicaba un paradigma en el cual se la concebía prioritariamente vinculada a los sacramentos. Suponía una continuidad en un camino jalonado de "etapas" adecuadas a las distintas edades, en el que los sacramentos se insertaban como "momentos" fuertes en el seno de una continuidad sin interrupciones. La Catequesis se asumía, casi exclusivamente, como instrumento de preparación para la recepción de esos sacramentos. La ubicación de la Catequesis en el ámbito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización supone un paradigma catequético diferente. Nos lleva a pensar en una Catequesis evangelizadora en la cual la dimensión misionera constituye un subrayado particular: se trata de una Catequesis que sale a buscarnos en las diversas “edades de nuestra fe” y en nuestros distintos lugares de encuentro teológico con Dios, para proponernos a Jesús y su Evangelio. “La relación que induce a unir ‘Nueva Evangelización’ y ‘Catequesis’ conlleva, inevitablemente, la exigencia de una renovada interpretación del proceso catequético leído a la luz de la Nueva Evangelización; esto supone, por lo tanto, interpretarla como herramienta de la comunidad cristiana para ir al encuentro de los creyentes y de todos los que están buscando el sentido de la vida. Los primeros no deberán desestimar la exigencia de una Catequesis expresada y desarrollada en clave misionera para recuperar la fuerza del anuncio en todos los que tienen un papel activo en la comunidad cristiana. Para los otros, la Catequesis puede convertirse en anuncio – a veces, en un primer anuncio - , para entender gradualmente la novedad de la fe y su importancia en la vida.” Pbro. José Luis "Cote" Quijano
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